LCV es un laboratorio geológico y petrofísico fundado por Claudia, Silvia, Patricia, Silvia Luisa, Margarita y María Luisa. Todas comenzaron su carrera en YPF. Contacté a Marilú para contarle la iniciativa del Archivo, preguntarle si quería participar. Y me encontré con una historia increíble: mujeres profesionales atravesadas por la historia de una compañía que se transformó tantas veces. Me mandó un documento con la historia de su laboratorio, que hoy emplea a 50 personas. Entre las líneas estaba esta foto, es de esas que me fascinan: capturan un instante, congelan la acción y transmiten movimiento al que la ve. No conozco a María Luisa personalmente, pero seguro que cuando hablemos me va a contar una historia genial.
"En abril del 92 éramos seis geólogas solas, más alguna panza creciendo. Teníamos un solo trabajo solicitado por una mano amiga. Los primeros meses fueron de angustias económicas, de poca experiencia en las tareas independientes y empresariales. Nos faltaba una computadora: una madre generosa nos hizo un préstamo que permitió adquirir la primera PC. Con bebés a cuestas, sin secretaria, sin apoyo técnico ni administrativo, con escaso instrumental, turnos rotativos para optimizar la poca capacidad instalada… Trabajamos jornadas de 12, 13, 14 horas, en ocasiones madrugadas. No lográbamos la apertura de una cuenta corriente en ningún banco, en ese momento todas las instituciones nos dieron la espalda. La excepción fue un banco extranjero. Tuvimos que explicarle detalladamente al gerente nuestro innovador emprendimiento con “piedras” (no preciosas) y petróleo. Así logramos la apertura, a partir de una visita del incrédulo funcionario al improvisado laboratorio. Luego vinieron algunos viajes, abandonos transitorios a la familia, a los hijos [...]".*
*Un pedacito de la historia de Las Chicas de Varela.
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