viernes, enero 29, 2010

Amsterdam

Mathijs es un excelente cocinero y una gran persona. Nos hospedó en su departamento de estudiante, un monoambiente que se estiraba desde la puerta de entrada/ventana principal, hasta el patio común del gran block de estudiantes. Inflamos un colchón, y allí dormimos tres noches.
Llegamos el sábado a la noche, un dos de enero largo por las demoras con el tren, y nos esperaba con una regia torta de vegetales al horno. De todas sus delicias, no supo decirnos cómo hacía las cosas. Nos contaba el proceso, pero siempre improvisaba todo.
Salimos con sus amigos, bicicleteamos como el 99% de la gente que vive en esa bonita ciudad, tomamos cerveza holandesa, es cucham osver dadesper dimos el equilibrio es una relación de tiempo y espacio en la que el espacio se mantiene constante durante un tiempo determinado; cuando estás ebrio, sucede que esa medida de tiempo se achica considerablemente y tenés necesidad de balancearte, como estás haciendo ahora, Ma thijssosun genio, no, estudio física, va mosa ca mi narpor lospuen tesdeAmsterdam, lano chestá lindaha cen dosgrados, genial, paraquestoy aden trode unaburbuja, te juro, ¿vamosaco mer repollitosde bruselas? Dalepe rova mosen bici.

(*Los holandeses son altos)

lunes, enero 18, 2010

Esto de surfear sillones


Nos encontramos con la comunidad internacional Couch Surfing, una red enorme de personas en todo el mundo que te prestan un sillón para dormir y te sacan a pasear por la ciudad, sin cobrarte un peso. Como no queríamos gastar mucho, nos vino genial. Dora (Croacia) me había dicho que estaba re bueno, porque conocías gente y salías con ellos y sus amigos, así que nos anotamos para ver que onda.
La primer casa fue la de Hanno y Ninette, en Friburgo. Yo le había escrito a él para ver si nos podía hospedar. Era una fecha complicada, fines de diciembre, y teníamos muchas respuestas negativas. Hanno me dijo "mirá, no voy a estar en Friburgo en esa fecha, pero si querés te presto mi casa" (!!!). WHAAT???!!! Si, así como lee. Además hablaba argentino, porque había estado un año haciendo trabajo solidario en Baradero, en el 2003. Al final arreglamos que un amigo de él nos iba a buscar al tren y nos daba la llave. Diego y yo no podíamos creer que alguien nos prestara su casa sin conocernos. Yo le dije que no había problema, y él elaboraba teorías de asesinos seriales y trampas para turistas desprevenidos.
Cuando llegamos a Friburgo, nos vino a buscar Bjorn en bici. Caminamos hasta la casa unos veinte minutos. Bjorn se quedó como una hora con nosotros tomando te y charlando. Él también había estado en Baradero. La casa era chiquita y muy bonita. Hanno y Ninette la decoraron al estilo cubano/latinoamericano. Y nos habían dejado un vino de regalo.
Vivimos en esa casa tres días. Antes de partir, llegó Ninette con su hermano. También hablaba argentino, y le dio pena que nos fuéramos. "Cómo, ¿ya se van? Uy pensé que se quedaban más días". Nos ofreció llevarnos a la estación en auto, pero preferimos caminar por la bonita ciudad una vez más.
Así empezó nuestra vida en Couch Surfing. Siguiente parada: Amsterdam, al depto de estudiante de Mathijs.

martes, enero 12, 2010

Año Nuevo en Berlín

Las personas que encontramos en el camino nos preguntaban "Y dónde van a pasar Año Nuevo?". "Volvemos a Berlín", decíamos siempre. Y ponían cara de "Uf... Berlín" + sonrisa cómplice. Habíamos escuchado que se ponía genial, y decidimos volver. Es raro, pero la vuelta se sentía como volver al hogar.
En los dorms había bastantes pibes que no se habían ido, o que ya habían vuelto. La noche del 31 hicimos una cena entre todos, éramos cerca de quince. Yo llevé torta brownie para compartir, todos aportaron cosas ricas. Había muchas golosinas rumanas y papás Noel de chocolate.
Año Nuevo en Berlín quiere decir fuegos artificiales constantes desde las seis de la tarde. En nuestra calle había tres grupitos de chicos, cada uno con sus municiones bombardeanos el aire. Y a medida que pasan las horas, se escuchan más y más seguido. A las diez y media nos fuimos a celebrar a otro lado. Alina trajo suika de Bucarest, y los demás aportamos vino y cerveza. Con la mochila cargada nos dirigimos primero a la casa de un ex ECLA, y media hora antes de las doce salimos para Mauerpark, uno de los centros de reunión (otros podían ser Brandenburger Tor, Potsdamer Platz, etc). En esa corrida ebria, esquivando patinadas en el hielo que cubre el piso, en ese momento de "Dale, no llegamos, no llegamos!" suena el celular. Padre me dice "Feliz Año Nuevo!", me pasa con Madre, que no me entiende, me pasa con Facundo (mi hermano). A esa altura yo hablaba en un castellano centroamericano inentendible.
Dejé el celular a un lado, nos juntamos en ronda y contamos de diez a cero. El cielo explotaba con colores. Todos nos abrazamos y saltamos. Diego y yo pensamos que er auna buena idea deslizarnos en bolsa por la nieve. Si, completamente ebrios, nos tiramos por esas colinas nevadas que ven ahí. Después nos encontramos con berlineses copados que nos prestaron sus trineos, y nos tiramos varias veces. Los demás se fueron a una fiesta.
Cuando nos cansamos de caernos, subir, tirarnos, caernos, etc; nos dirigimos a la fiesta. Alina todavía tenía dulce suika. En una casa abandonada de Kreuzberg, la gente bailaba y un dj le ponía mucha onda a la noche.
Ahí nos quedamos hasta que nos duró la ronda. Sumergidos en el festejo socializado de Año Nuevo. Eso es celebrar en Berlín.

viernes, enero 01, 2010

Fui a Friburgo a encontrarme con Sarah

Y encontré mucho más. No sé como decir lo que esperaba. Pero la cosa fue más o menos así. Sarah y yo fuimo roomates en Salzburgo, y pegamos re buena onda. Seguimos hablando durante todo el año que pasó, y cuando ella se enteró que yo venía a Alemania, me dijo que me iba a visitar.
Me encontré con una ciudad hermosa. Friburgo es chiquita, las calles son angostas y muy pintorescas. La mayoría son de adoquines, y están iluminadas con pelotitas blancas. Hay un montón de estrellas de papel rojas, por las fiestas.
Me encontré con un grupo de pibes excelentes. Los amigos de Sarah eran muy divertidos. Salimos dos noches seguidas con ellos a tomar cerveza y nos dolía la panza de reirnos tanto. Yolanda, la amiga de Sarah, estaba estudiando un año en Friburgo, así que hacia allá fueron su novio John, su amiga Katie y otros.
Me encontré con que siempre es difícil decir chau. Me tengo que ir porque mañana viajamos. Nos invitaron a su casa después del Irish pub, pero era muy tarde. Fue realmente genial volver a hablar con Sarah de tantas cosas, y me dio penita irnos. Aunque si la vi super entusiasmada con viajar a Buenos Aires el próximo winter brake (diciembre). No sé, pero creo que la voy a volver a ver =)

*Yo, Sarah, Yolanda

Qué es Navidad

Vicky (Aragón) me contó que una tía de ella hace que toda la familia le cante el feliz cumpleaños al Bendito Niño, toda vez que sea 24 de diciembre y den las doce de la noche. Y en esa mesa llena de risas, de anécdotas de familias cercanas, de cosas que siempre pasan en Navidad, en esa mesa yo pensaba que todas las familias tienen una forma particular de vivir las fiestas. Nosotros (los Cruz) cocinamos. Mucho. Combinamos talentos.
Piglet (mi hermana) consiguió en el supermercado unos churrasquitos de cerdo, un kilo o dos de manzanas para hacer puré, papas fritas cortadas en cubitos y ensalada. Todo por €3 cada uno, genial. Y Vicky compró unas tartas de chocolate y limón, y unos Milka para comer después. De pronto comer tantos dulces un 24 a la noche tiene mucho sentido.
Así fue como llevamos un poco de lo nuestro a la Navidad en París. A eso de las ocho nos pusimos a cocinar, y todo olía a las fiestas en Santa Rosa, donde mi tía, mi mamá, mi hermana y yo intercambiamos pedacitos de mesada, cuchillos, tablas y ensaladeras. En esa cocina chiquita del departamento de la calle duchefdelaville estábamos todas. Mi abuela por ahí también.