jueves, octubre 29, 2009

Derribando muros

Yo nací y me crié en Berlín oriental. ¿Porqué quise pasar al oeste...? Eh... Me sentía oprimido. No me sentía en plena libertad. Quería conocer, viajar. Ir a Paris, a Venecia, conocer el mundo. En Alemania oriental era imposible hacer eso. Por eso decidí cruzar el muro. La primera vez no pude, la segunda lo logré. Y era considerado un criminal por abandonar mi país. Había gente que cruzaba porque quería ganar más dinero, o poder comprarse más cosas, tener un mejor auto. Yo no. Yo quería conocer qué más había ahí afuera.
Y viví dos semanas como prófugo en Berlín oeste. Estaba trabajando de mozo en un bar la noche que se abrió el muro. Había escuchado algo en la radio, pero no entendí bien. Así que cuando llegué a mi casa, llamé a una amiga, que también era refugiada del este. Decidimos ir al lugar, a ver qué pasaba. Llegamos a Hamburger Bahnhof y era un caos de gente. Nadie sabía bien bien lo que pasaba, ni siquiera los oficiales. La gente del lado oeste estaba esperando para ver si podían pasar, y los del este también. De pronto se abrieron los controles y las personas, en bandadas, se mezclaron, los del este al oeste, los del oeste para allá. Todo era una confusión. Recuerdo que un hombre me vino a pedir monedas para hablar por teléfono con su familia, y en medio del entusiasmo le di cinco marcos, que en aquel entonces era bastante. Y de todas formas no le servía, porque era billete.
Mi amiga y yo estábamos parados y teníamos miedo de pasar. Eramos prófugos ante la ley. La línea estaba ahí, a un metro, gente yendo para todos lados, pero no podíamos dar el paso. Le preguntamos a un oficial, y nos dijo que pensaba que no habría problemas. Antes, si te atrapaban, eran mínimo dos años de prisión. No nos conformamos. Buscamos al oficial de mayor rango, y nos confirmó que podíamos volver al este.
Fue una alegría inmensa. Enseguida fuimos a buscar a otra amiga, que se había quedado en el este. Ella me había guardado algunas cosas de valor de mi departamento cuando yo me fui, antes de que vinieran del Estado a clausurarlo. Se llevó fotos, libros, cosas así. Estaba durmiendo, eran las doce de la noche. Le tocamos timbre. No entendía nada, imaginate, cuando ella se fue a dormir el muro seguía en pie. No entendía como estábamos ahí. Le dije, "dale, cambiate, vamos a la frontera que se abrieron los controles". Y nos fuimos al muro a festejar.

Dirk (profe de alemán) me cuenta su historia y se emociona. Los ojos le brillan; a mi se me hace un nudo en la garganta y se me eriza la piel.

domingo, octubre 25, 2009

domingo, octubre 18, 2009

día, Madre Feliz


"Hay no, se puso a sacar fotos

no se puede hablar más con ella

cuando se queda quieta, así callada,

es porque está sacando fotos"

Clubbing

Ahí no más de Alexanderplatz, ahí nos bajamos y caminamos por la calle, desierto mojado, el clima estaba húmedo y el frío no lo sentimos, el vodka en sangre siempre es calor; hacer una cola de cinco personas, Alina me presta porque no tengo plata, le debo €10, sello en mano, "pasala lindo", entrás.
Bajás la escalera, un cola de quince personas, dejás tu abrigo, vas al baño y manejate. Manejate con que hay mingitorios y el tema es mixto, salís del privado y en la pared de enfrente hay un pibe haciendo pis, ok.
Subís, vas a la pista, la gente baila y mueve los brazos, una banda de personas con rastas toca electrónico, y no hay reggaetón, pero se baila igual, ¿si? Si, se baila igual con la cadera, copado; te tira onda una mina, te tira onda un chabón; la gente no se toca, caminás y no sentís pieles ajenas, vas, venís, bailás, las personas le gritan al DJ, él le da lo que ellos quieren, gritan más, etc.
Las piernas ya no responden, el pelo se pega con sudor a la cara, los flashes blancos ya no están tan copados, es hora de irse; buscamos abrigos, carteras, en el sillón del lobby un chico pasa vomitando mientras camina, encontramos a Emma, perdemos a Aneesa, nos tomamos el subte, nos tomamos el tram. Hacemos noche en Berlín.
Hoy es domingo, y en Pankow salió el sol.

sábado, octubre 17, 2009

jueves, octubre 15, 2009


En una instalación,
el visitante termina de completar el sentido
de la obra artística.
Tengo que hacer una instalación de audio.
Miedo.

lunes, octubre 12, 2009

Hamburger Bahnhof

Ayer al mediodía fuimos a este museo y tenía ganas de compartir las fotos.





Andrei me contó una teoría sobre la Ilíada

¿Viste como los griegos escribían usando la tercera persona para hablar de sí mismos, en la forma impersonal? Es porque en la época en que se escribió la Ilíada, el cerebro humano no tenía la misma estructura que tiene ahora. La parte del lenguaje estaba del lado derecho, que es la mitad creativa. Ahora está en la parte izquierda, que es la que racionaliza todo y la que permite tener un pensamiento lineal (todo lo que tiene que ver con resolver problemas matemáticos, funciones algebraicas, etc). Entonces ellos escuchaban esta voz que les hablaba dentro de su cabeza, y no la racionalizaban, no se daban cuenta que venía de sus propios sesos. Pensaban que eran los dioses que les decían esas cosas, y ellos las tenían que escribir.

Y yo dije: "Aaaahhhh... claro. Tenés razón, tiene sentido". Porque cuando yo escribo, me pasa eso. Y una vez en terapia, se lo conté a Marisa (mi psic). Le dije "Yo escribo porque escucho que el personaje que estoy desarrollando me está contando esas cosas, me las dice alguien". No me detuve mucho en eso. Pero en un momento me dijo algo como "[...]me doy cuenta que es una metáfora [...]". Yo no le quería decir "Si, pero yo escucho voces". No, ja, a ver si piensa que soy esquizofrénica. Y lo dejé ahí.
Pero no estoy loca. Es que soy creativa. Copado.

*En la foto, Andrei aventando un piloto el día que fuimos a remar.

domingo, octubre 11, 2009

Hacemos noche en Berlín


Resulta que al principio íbamos a una lecture. Muy interesante, se llamaba "Una propuesta para promover el arte en la sociedad civil". Una charla: desde el iconoclasmo al composicionismo; la otra: políticas de la agonía y prácticas artísticas. Esto lo mandó Bardhi, un pibe de Kosovo. No tenía nada que ver con ECLA, así íbamos por nuestra cuenta. Era a las siete. A las seis y veinte todavía no habíamos partido. Lucas, el berlinés que venía con nosotros, fumaba afuera y se ponía nervioso, mientras algunos terminábamos de cenar en la cafetería. Y salimos. Y llegamos siete y veinte. Y no había más lugar.
Che, ¿y qué hacemos? No sé, ¿vamos a tomar algo? Dale.
Bardhi me cuenta que hay una ley en Berlín según la cual si un edificio está abandonado durante determinado tiempo, las personas lo pueden ocupar y vivir ahí, o hacer lo que quieran con él. Así que hacia uno de esos fuimos.
La entrada estaba cubierta de afiches, uno arriba del otro, y las paredes tenían grafitis de aerosol en cada centímetro. De tanto en tanto, entre el cemento del piso crecía pasto y había puestitos de artesanías medio destartalados a los costados. Espacios creados con telas arrancadas de algún lugar, luces rojas y azules que salían del piso, o del techo, o de algo que hacía de pared. Caminamos un poco más por el patio, entre cantinas improvisadas con tablas de madera y pequeños huecos de luces blancas. Al fondo vimos un bar que parecía cómodo, tenía sillones y paredes de verdad, y pensamos que estaría bueno tomar algo ahí.
Si, pero hay un ratón atendiendo la barra. Manejate. Yo me empecé a reir maniáticamente con la idea de sentarme y que un ratón me subiera por la pierna y se metiera adentro de la bota, y todos pensaron que era mejor buscar otro bar en el edificio, porque ahí estaba Hugo (el ratón, así se llamaba) con toda su familia.
Después de subir cinco pisos por unas escaleras garabateadas bonitamente, con basura artística en los descansos y ventanas rotas que daban a una Berlín estrellada, llegamos a un bar chiquito. Tenía varios sillones rasgados con mesas bajitas y una ventana enorme que daba a la ciudad. De fondo, una mini bola de boliche escupía verdes, azules y rojos. Delante nuestro, la linda Berlín.
Tomamos cerveza y hablamos largo sobre varias cosas. Yo, con Lucas sobre hacer un documental con otra gente de la ECLA. Luego nos fuimos a caminar por la ciudad, y me di cuenta esa noche lo lindo que es estar aca, arte en todas las esquinas, diseño en todas las vidrieras, y nosotros caminando, por momentos sin rumbo, en la noche de Berlín.

Viendo una peli en el common room

Estaba con Andrei y Dan (Rumania) viendo Powaqquatsi, una película de Francis Ford Coppola. Entraba y salía gente, algunos se quedaban, y luego de un rato se iban.
En un momento aparece una escena con un cartel que dice "Viva la guerra de guerrillas", y Andrei dice lo siguiente:
(Andrei): How do you say that? "Guerrilia"? [porque habla un poco de castellano]
(yo): No, it's more like "Guerriya".
(chica de Bielorusia): What does "Guerrilla" mean?
(yo): Eeeeerrr... you know when people from society, normal people, take arms and start fighting... like... when there's a civil war, or a... How do you say in English "Golpe de Estado"?
(Andrei): Coup d'Etat.
(yo): Wow, there's not even a word in English for that.
(Dan): Well, english people have not actually gone trough something like that.
(yo): It must say a lot of a culture the fact that they can't name something like that. Is there a word in rumanian for coup d'Etat?
(Andrei): Yes! Revolution! ajajajajaja
(Dan): Yes, it's lovitură de stat

lunes, octubre 05, 2009

Liberal Education, parte II (La Discusión... Agarrate Catalina)

Entonces si, todo muy lindo, algunas cosas muy copadas y novedosas, pero a mi todo el texto se me hizo al final como demasiado idealista. Y esto en un sentido negativo, porque después de todo parece apto solamente para unos pocos privilegiados. Por suerte esta inquietud la compartíamos varios.
Una chica se preguntó cómo podía multiplicar lo que recibía acá. Var, un armenio, se preguntó si estamos acá para ayudar a otros a alcanzar este nivel y mejorar, o si lo hacemos para lograr nosotros un nivel más alto. Socializar el conocimiento, o hacerlo más exclusivo. Luego sugirió algo interesante: estamos acá para cuestionar el sistema, pero no somos el tipo de persona que lo corrompe. De hecho somos funcionales. "¿Porqué no trabajan con criminales, por ejemplo?" preguntó así, de una.
Luego se tomaron algunas cosas valiosas del texto de Brann, bastante controversial. Como qué tan importante son las preguntas existenciales, y cómo la educación liberal nos prepara para eso. Alienta el pensamiento liberal y a tener siempre una actitud de sospecha hacia las conclusiones que uno saca del texto. La educación liberal trata de abrir la mente y evitar la acción sin considerar previamente todas las perspectivas. El problema de la reflexión es que suele llevar a cierta pasividad.
Estas ocho tesis, dijo una profesora, no deben tomarse como una posibilidad utópica, porque hay límites. Lauren (Australia) sugirió que deberían tomarse como un sistema, y no como un conjunto de reglas a seguir, y yo personalmente creo que lo mejor es adaptar esas pautas a una forma de aprendizaje que no nos enajene de nuestra propia naturaleza.
Encontrar la manera, dentro de las cosas buenas que tiene este método, de lograr lo que uno quiere. En mi caso, lo que me pregunto es cómo socializar el conocimiento.

Liberal Education


El jueves tuvimos la primer sesión para discutir qué es el estudio de valores y la educación liberal. La dinámica era la siguiente: antes de asistir debíamos leer el texto de Eva Brann, "Ocho tesis sobre la educación liberal". Aquí están (sintetizadas):
1) No dictar clases. Esta no es una forma legítima de la educación liberal, al menos no como recurso principal. "La educación liberal, como yo la entiendo - dice Brann - no tiene el objetivo de formar estudiantes para estándares profesionales. En cambio, es un desarrollo personal guiado por maestros que también son co-aprendices. [...] Los profesores deberían dejar de profesar y convertirse más bien en maestros".
En este punto, los que estábamos ahí nos preguntábamos "¿entonces cuál es el rol del maestro?". Lo ideal sería que haga la primer pregunta y nada más. Que desencadene la discusión. Eva Brann nos defiende del profesor, de quien dice es un tirano.
2) La educación liberal debería ser elemental. Volver a los principios y reflexionar sobre ellos.
3) Quien estudia artes liberales no debería importarle las demandas por la utilidad del aprendizaje o el rendimiento económico que le pueda significar. "Lo que los padres y alumnos deberían oír es que la utilidad en la educación no es práctica. Al final de su formación, casi todo el mundo mejor se convierte en esto o quello - un físico dedicado a la investigación o un plomero. Pero los padres y el mundo le deben a la juventud una oportunidad de al menos cuatro años limpios, sin la obligación de convertirse en nada, simplemente para aprender a ser un Ser Humano, cuyos poderes de pensamiento están bien ejercitados, así como su imaginación, y cuya voluntad a contemplado un objetivo al cual dedicarse". Acá yo pensé "Si, todo muy lindo, pero bancala. Digamos, ¿cuánta gente puede dedicar cuatro años enteros de su vida simplemente a estudiar para nutrir el alma? Existen necesidades económicas y urgencias en ese orden que establecen una diferencia. Básicamente, entre aquellos que pueden y aquellos que no". Se me hizo como que la educación liberal es un tanto exclusiva.
4) Los estudiantes no deberían especializarse, al menos no en una etapa temprana. Los profesores deberían enseñar no lo que saben, si no lo que no saben. La educación liberal es sobre hacerse preguntas, no sobre respuestas.
5) Los estudiantes necesitan que les digan lo que tienen que estudiar, no pueden elegir. Esto es sobre la base de que no se puede elegir sin tener un conocimiento previo.
6) No se debería educar desde la ideología o la política.
6i) La educación liberal es, sobre todo, leer. Esto quiere decir que los estudiantes leen los textos antes de clase y luego se reúnen y lso discuten, de allí salen los conocimientos. Olessya, una chica de Ucrania, llevó esto al extremo y preguntó: "Entonces, ¿llegaría un punto en que no habría más maestros, es decir, solamente se juntan los alumnos a discutir?". Aquí vuelve el tema del idealismo, porque este principio supone que todos los alumnos están igualmente preparados para tener una discusión seria sobre el tema que han leído. En este momento recordé una clase de sociología en la UCA, donde la profesora estaba hablando encendidamente de Marx y el Materialismo Histórico, y una chica dijo: "¡Pero yo leí en un texto que Marx era un borracho! ¡No se bañaba!". En fin.
7) Las fuentes de la educación liberal son los grandes libros. "La República", de Platón; "La guerra y la paz", de Tolstoy, etc. Los estudiantes deberían relacionarse directamente con estos textos, no con interpretaciones hechas por otros autores, o los mismos profesores. Esto va de acuerdo con la forma que toman las clases: las discusiones post-lectura, el maestro como guía, etc. Aquí se platearon dos cuestiones: una, quién decide (o quiénes) que se lee y qué no; la otra cuestión la planteó un profesor de ética y política. Sugirió que las interpretaciones o los estudios sobre los textos fundamentales pueden guiar a los estudiantes en lecturas que en verdad son muy complejas.
8) La educación liberal jamás debería ser académica. "Uso esa palabra tomando el sentido de la oración 'Esa es una pregunta académica (That's an academic question)', queriendo decir que a ningún ser humano normal le podría importar menos. No se debería enseñar ningún tema que no tenga un correlato humano. Pero lo más importante es que ningún libro debería leerse en tal sentido que su peso humano quedara anulado". Con esto si estoy plenamente de acuerdo, que la materia de estudio no debe enagenarnos de nuestra propia naturaleza humana. Y aquí se vuelve sobre la cuestión de que la educación liberal debe ser sobre las preguntas y no sobre las respuestas.

*Las fotos son de las pinturas que hay sobre los restos del Muro.

jueves, octubre 01, 2009

The Story of Berlin


El martes fuimos al museo "The Story of Berlin" (La historia de Berlin). Fue una experiencia interesante. Yo diría que el objetivo de todo el circuito era, además de conocer hechos y formas, que uno pudiera sentir como se vivía en cada momento clave de la historia de esta ciudad.La primera parte fue recorrer un refugio anti-bomba atómica. Nos mostraron un sótano donde vivieron durante dos semanas 2.000 personas. Esta fue una de las partes que más me impresionó. El cieloraso era bajo y las lucez, azules. Las "camas", una suerte de estantes de alambrado
suspendidos unos encima de otros, ocupaban gran parte del lugar. Se preguntarán porqué los baños privados tenían cortinas en vez de puertas. La verdad que no, pensé yo. Debe ser para ahorrar en costos, digamos, por el mismo motivo que no había almohadas.

Era para que las personas no fueran a encerrarse para suicidarse en soledad, dijo la guía.
El cuarto de enfermos tenía en el fondo una fila de bolsas negras del tamaño de personas, y yo me pregunté si así apilaban a los muertos del lugar.










Al finalizar el recorrido del refugio, la guía preguntó si alguien quería probar las camas, y muchos lo hicieron, pero a mi me dio impresión.











Luego, arriba, había varias instancias en el recorrido. Una de las que más me impactó fue la de la pluralidad religiosa en Berlín. Era un cuarto todo iluminado (por eso algunas fotos parecen quemadas en el fondo... sólo piensen que las personas están iluminadas por Dios =]) con un mueble circular en el centro.
En una de las puntas había una triple cajonera, una para cada una de las religiones monoteístas. Cada cajón mostraba los elementos fundamentales de cada religión: la Biblia, la Tora, el Corán, etc.

Cada cajón del mismo nivel tenía cosas diferentes, pero el último cajón de los tres era igual: un espejo. A mi me pareció una linda idea, y le saqué una foto.










Más tarde, una chica, al abrirlo dijo "This is soft knowledge! (no sé cómo traducir esto... algo así como filosofía básica) Get to know yourself!" (Conocete a ti mismo). Al fin de cuentas, ese es el punto de todas las religiones, ¿no?








Luego recorrí toda la parte del antisemitismo.




Finalmente, la del Muro.

Cuando uno llega a la etapa en que se puede atravesar la pared, y literalmente hay que hacerlo para salir del museo, un guardia le pide al pasante los papeles en alemán. Luego sigue gritando algunas cositas, que no pude deducir, pero me gustaba pensar que se enojaba porque no le daba nada y pasaba de todos modos.
Y ahí no más, a la salida de todo ese camino histórico, por supuesto, el giftshop.